Historia de las
Armaduras de Argollas.

Debido a mi afición a fabricar cota de malla remachada, he ido recabando datos sobre el tema que voy a intentar recopilar en estas páginas.
He de indicar que no soy historiador ni especialmente entendido en el tema, excepto tal vez en los pequeños detalles de las argollas por lo que espero que disculpéis los errores que seguro contienen estas páginas.
Al escribir este artículo pretendo rellenar un hueco en los estudios de las mallas, no por que crea que mi aportación sea importante, sino por que tal vez alguien verdaderamente entendido en estos temas vea interesante avanzar en el estudio de estas armaduras.
Gracias por vuestro interés y a vuestra disposición para lo que necesitéis.

Introducción.
La cota de malla, de argollas o también llamada de sortijas ha sido durante casi 2000 años la defensa corporal más utilizada. Se usaron placas, cuero, tejidos, cuernos,… pero coexistieron con los anillos tejidos durante casi todas las épocas.
Esta armadura no es más que unos miles de anillos metálicos conectados entre sí, formando un tejido flexible de metal. Estas argollas de hierro se suelen enlazar cuatro a uno, es decir, cada anillo queda unido a otros cuatros. Existieron otros sistemas poco utilizados como el seis a uno como ya veremos más adelante.
Era una magnífica protección ya que además de ofrecer comodidad al ser flexible, era relativamente ligera de peso.
Ha sido humorísticamente descrita como "una camisa llena de agujeros". Si así fuera, no habría estado fabricándose durante casi 2000 años, sobre todo si tenemos en cuenta lo costosa que resulta su elaboración.
Ante instrumentos punzantes era de gran eficacia, resultando una protección segura en condiciones de batalla. Por supuesto esto no significa inmunidad ante todo pero sí una razonable seguridad ante una flecha o una espada. Esta protección era escasa para los golpes que podrían provocar un trauma interno de gravedad.

Esta carencia de la malla se suplía con un perpunte de tejido grueso utilizando lino, algodón o lana de forma que multiplicaba la eficacia de la malla. Se atribuye su invención a los celtas, y la primera malla de la que tenemos constancia apareció en Ciumesti, Rumanía, y parece ser del siglo IV A.C., luego se usó profusamente durante 2000 años.
Su estudio ha sido escaso y el interés de los especialistas en armaduras prácticamente nulo. Mientras las armaduras han sido estudiadas y ampliamente catalogadas, sobre las mallas apenas tenemos datos que nos permitan fechar y conocer las zonas de procedencia.
Desde el mundo celta, los romanos extendieron esta armadura por todo el mundo con su famosa "lorica hamaca", una loriga con mangas cortas o sin ellas y a veces con un refuerzo doble en los hombros que se sujetaba con un gancho en la zona anterior.

Los romanos también usaron placas como la lorica segmentata pero con el tiempo dejó de utilizarse y quedó durante siglos la malla como principal armadura hasta
mediados del siglo XIII.
¿Por qué desaparecieron las placas? Realmente no lo sé pero técnicamente sí eran capaces de utilizar placas como lo demuestra el hecho de que existen cascos hechos de una plancha de metal en el siglo X, como es el caso del casco de S. Wenceslao, conservado en la Catedral de Praga. No es un casco ensamblado por partes sino formado por una única plancha de metal ¿Qué les impedía hacer una protección para el torso, que supuestamente es más fácil de fabricar?.

A partir de mediados del siglo XIII empiezan a aparecer protecciones de placa que paulatinamente van sustituyendo a las mallas en Europa, llegando las sortijas casi únicamente a ser empleadas en zonas de articulación bajo las armaduras de placas. No fue así en el este, India, Turquía,… donde la armadura de argollas siguió usándose ampliamente hasta el siglo XVIII.
El hecho de usarse las placas no implicaba la desaparición de las malla pero sí el fin de su predominio. Por ejemplo Gonzalo Jiménez de Quesada, conquistador español que en pleno siglo XVI usaba cota de malla. Se conserva en el Museo Nacional de Colombia y es una auténtica maravilla técnica.

El último uso bélico que conozco de las mallas fue en la Primera Guerra Mundial, en las que fueron utilizadas por tanquistas. Aún hoy día se usan como protección en guantes y petos para carniceros, y también ante ataques de tiburones. Como vemos, esta idea original de los celtas ha dado mucho juego.Su estudio no es fácil pues no tenemos apenas datos sobre las armaduras de sortijas además de que eran muy longevas, se utilizaban y reciclaban durante muchos años de forma que una loriga podía estar en uso cien años después de su fabricación.
A partir del siglo XIV aparecen anillos con el nombre del artesano de forma que podemos saber algo más de su origen. Antes de esa época, nos tenemos que guiar por una serie de características que tienen los anillos según su época y origen.
Material y fabricación.
Como podemos imaginar, el proceso de fabricar veinte mil o treinta mil anillos remachados es muy lento y laborioso.
El artesano tenía que fabricar él mismo el alambre a partir de pequeñas tiras de metal que tendría que pasar por minúsculos agujeros en una plancha de metal , de forma que al ir disminuyendo el calibre del orificio cada vez el alambre sería menor. Y así hasta que tuviera el calibre deseado de alambre para su malla.
A partir del siglo XII y XIII se generaliza el uso de los molinos de agua, con lo que se abarata el fabricar alambre y tal vez el loriguero ya podía comprar alambre hecho.
El objetivo de su trabajo es fabricar un pequeño anillo con una zona solapada donde hacer un pequeño orificio y poner un minúsculo remache, de forma que se convierta en algo realmente sólido y resistente. Tal vez dicho así parezca sencillo pero tenemos que pensar que estamos hablando de hacer un orificio en un espacio menor de 2 mm de metal en muchos casos, y con la tecnología de dichas épocas.
Vamos a seguir los pasos que los maestros lorigueros desarrollaban para fabricar sus armaduras, aunque hay que considerar que apenas hay representaciones de dicho oficio y nunca anterior al siglo XV y por supuesto ninguna herramienta que podamos catalogar como habitual del loriguero. Luego habrá mucho de suposición y poco de certeza en nuestro trabajo. Nos basamos en el resultado de su oficio, el anillo, y la forma de tejerlo, y la mayoría de las veces utilizaré mis propias herramientas para explicar el proceso.

Conseguido el alambre por nuestro loriguero, tenía que enrollar metal en un vástago de forma que conseguía unos muelles de alambre que tenía que cortar para conseguir los anillos individuales. Esto probablemente lo haría con un cincel o un alicate afilado.

Este anillo para poder remacharlo tiene que tener una zona de overlap o solapamiento de forma que en ella se pueda hacer un orificio. Se podía hacer de dos formas distintas:

- O bien cortar directamente el anillo ya con el solapamiento hecho usando una tenaza especial con una hendidura hecha para poder cortar el anillo con el overlap.

Alicate con huecos para cortar el anillo con overlap hecho.
Cortando el muelle.
Anillo ya cortado con el overlap hecho.


- O tras cortar el anillo , se solapa manualmente de forma que el anillo queda ovalado.

Anillo redondo y ovalado.

 

Por supuesto que hay más posibilidades como hacer pasar un anillo por una zona estrecha de forma que se solape al pasar por un diámetro más estrecho, pero creo que las dos primeras son tan sencillas de hacer que no veo necesario complicar el proceso.
Ya tiene el maestro un anillo con una pequeña zona solapada, pero… es mínima y redonda. Resulta imposible hacer un pequeño orificio en el centro luego ahora tiene que aplastar el anillo o al menos el overlap para tener espacio suficiente para seguir el proceso.
Aquí hay varias posibilidades según la época. Podía aplastar sólo el overlap como hacían los romanos o bien todo el anillo, incluso existe la posibilidad de aplastar el anillo antes de hacer el overlap, cosa que tal vez hacían en el siglo XIV (eran anillos muy aplastados, de hasta 2 mm de ancho demasiado para un alambre de 1'3 mm de grosor).

Anillo totalmente aplastado y anillo sólo con overlap aplastado.

En todos estos procesos el maestro mallero necesita tener el hierro muy, muy blando para que pueda trabajarlo. Así, para poder hacer el orificio en la zona solapada debe calentar el hierro al rojo y después dejar que se enfríe lo más despacio posible.

Para punzar el anillo, utilizaría unos punzones de un diámetro mínimo, menor de un milímetro. Probablemente pondría el overlap del anillo sobre un pequeño agujero hecho en un trozo de metal y sobre éste golpearía suavemente el punzón hasta traspasar el anillo.

Es un proceso difícil y siempre he pensado en la posibilidad del uso de unas tenazas con un pequeño punzón para realizar este paso, ya que la rapidez y precisión de este método es mayor que con el anterior.

La foto siguiente es un alicate modificado por mí para perforar anillos de pequeño espesor.

Este punzón podía ser de dos formas:

- Redondo que haría un pequeño orificio redondo y el loriguero emplearía entonces un remache redondo, como un minúsculo trozo de alambre.

- Plano, de forma que conseguiría una pequeña hendidura alargada en el centro del overlap, y el remache que se usa en este caso es una pequeña cuña. Sería como el extremo activo de un destornillador, pero con menos de un milímetro de ancho.

Ya tiene nuestro maestro mallero el anillo preparado que puede abrir y unir a otros de forma que pueda tejer una cota.
Anillo abierto.
Anillo ya cerrado, sujetando los cuatro de alrededor.
Tras unir el anillo a otros, debe introducir en el orificio el remache para hacerlo resistente y muy sólido.
Para esto, coloca el remache en su sitio y utilizando una tenaza especial aprieta el anillo con fuerza o más probablemente le da unos golpes con martillo de forma que esa zona del anillo se convierte en una zona maciza, compacta, quedando en la zona anterior una pequeña elevación formada por el remache y también material del anillo que sobresale al impulsar el punzón a través del overlap.

Tipos de remaches.
Tenazas para formar el overlap y cerrarlo.
Aquí podemos ver como el remache queda dentro del overlap llenando completamente el hueco y al comprimirlo con la tenaza se deforma formando una masa compacta.
En la parte posterior también hay una pequeña elevación si el remache es redondo o plano si el remache era en cuña. No es que sea plano sino que es ligeramente cóncavo pero el anillo y la cuña están en el mismo plano, no sobresale remache.

Anillo visto por la parte anterior y posterior.

Probablemente el proceso completo no lo haría una sola persona sino que el trabajo se dividiría entre ayudantes, aprendices y el maestro loriguero, siendo éste el que realizaría el trabajo principal, tejer el artículo. En realidad no es sólo añadir anillos sino que es un trabajo elaborado, ya que se va ampliando o reduciendo según la zona. Por ejemplo en los hombros se amplia, se dejan unas bolsas para mejorar la movilidad, y después en la espalda se vuelve a reducir. También en las mangas se va reduciendo paulatinamente de forma que resulte más cómodo.
Se calcula que un maestro mallero podía tardar unos seis meses en realizar una loriga por lo que podemos suponer que era un objeto valioso en cualquier época. En tiempos de Carlomagno, sólo los principales caballeros poseían una loriga de malla, y se calcula que valía lo mismo que un caballo de guerra.
Tipos de protecciones con malla.
La malla llegó en el siglo XII a cubrir a los caballeros desde la cabeza a los pies por lo que se diseñaron diversas mallas para cada parte del cuerpo.
Cuerpo:  
Recibió infinidad de nombres según la época y lugar(joruca, hauberk, cota,…) y ha sido la malla más empleada en todos los tiempos.
No siempre podemos ver la pieza para ver como era y anterior al siglo XIV no hay ninguna en buen estado, excepto la cota de San Wenceslao pero no tengo ninguna información sobre ella. Se conserva en el tesoro de la Catedral de Praga. No sé si se ha estudiado siquiera.
Al no tener ejemplares en buen estado, nos tenemos que guiar por las representaciones de la época, como esculturas, relieves, códices, incluso tapices como el de Bayeux que nos ha dado una información valiosísima.

Longitud :
Variaba mucho según la época, corta en época romana llegando hasta la cintura y hasta la rodilla en el siglo XII, siendo muy frecuente a medio muslo.
Mangas:
También existía mucha variedad, desde sin mangas o mínimas en la lorica hamaca romana hasta manga larga en los siglos XII XIII, incluso llegando a unirse a las manoplas de malla.
Aberturas:
Existían muchas posibilidades. Para caballería suele tener una abertura central por delante y por detrás, de forma que no incomode al montar a caballo.

Para infantería la abertura estaría a los lados.
Con mucha frecuencia en el cuello existía una zona sin anillo que se podía sujetar con broches o tiras de cuero, de forma que el poseedor pudiera pasarla por la cabeza sin problemas.

También podían ser, como si fuera ropa habitual, abierta totalmente por el frente o por detrás.
Un elemento curioso es el conocido como "habergeon de Westwale" una cota del siglo XV que presenta por atrás un faldón que se sujeta por delante, y debía ser habitual pues hay algunas representaciones que lo demuestran.
Muchas veces podemos ver como cotas más antiguas se adaptan a la moda posterior, por ejemplo añadiendo un collar, una zona de anillos más densos en la zona del cuello o bien una cota abierta por delante convertirla en una cota cerrada. Aquí podemos ver un ejemplo en una cota del siglo XV:

Zona del cuello añadida, señalados los anillos que unen
la cota con el collar nuevo.

Adornos:
Muy frecuentes en la malla de calidad a partir del siglo XIV, presentando alguna hilera de latón en los bordes, tales como cuello, mangas y borde inferior.
También era frecuente en esta misma época en el borde inferior no hacerlo horizontal sino dejando pequeños
triángulos que podían ser también de latón.

Otras defensas:

Los romanos ampliaban la defensa de la malla añadiendo auque no en todas las épocas una defensa para los hombros, pecho y espalda. En general podía variar su longitud pero se supone que lo habitual era desde el principio del esternón hasta el comienzo del omóplato. Estaba unido por delante con una especie de ganchos.

 

En el este era muy frecuente reforzar la malla añadiendo placas de muchas formas, tanto en pecho como espalda.

Atrás
Frontal
Peso:
Según el tamaño de la defensa y también del tamaño del anillo que podía oscilar mucho pero no eran tan pesadas como la gente piensa, lo normal para una cota a media pierna y mangas corta serían unos 8-9 kilos, rara vez sobrepasaban los 10 kilos.
El número de argollas también era muy variable, entre 20.000 y 40.000 podría ser lo habitual.
Podíamos encontrar un tejido extremadamente denso para que fuera poco flexible, hasta anillos muy amplios que ofrecerían menor defensa. La siguiente fotografía es una cota con collar en la que podemos ver un tejido denso en el cuello y podemos comparar la diferencia entre ambos tejidos.

Por supuesto, como en todo, la malla podía ser de gran calidad o bien de mala factura y poca defensa. Aquí podemos ver una cota con un tejido tan tupido que parece tela:

Almòfar o cofia:

Protegía cuello y cabeza y con el tiempo al utilizarse el casco fue decayendo su uso y fue sustituido por una cortina de malla que se sujetaba en el borde inferior del casco, el aspartaz.

En la época de máximo esplendor de la malla la cofia estaba añadida, integrada en la cota de forma que se podía echar hacia atrás y dejar la cabeza libre.

En algunas representaciones se veía con frecuencia una especie de cuadrado situado en el pecho de la persona que llevaba la malla. Ahora se cree que es una especie de cortina de malla que cuando se entraba en batalla se sujetaba a ambos lados de la cara de forma que protegía el rostro también.
No siempre cubrían todo el cuello sino que a veces sólo era un cuadrado cubriendo el pecho y cuello por delante.
Manto de obispo o gola:  
Protegía los hombros. Hubo una variante que consistía en anillos de mayor tamaño o con el overlap más largo o bien con un tejido seis por uno (es decir, cada anillo coge seis anillos en vez de cuatro que es lo habitual) de forma que formaba un tejido mucho más denso formando un collar rígido. Estuvo de moda sobre el siglo XV.
Arriba podemos ver un manto con un tejido mucho más denso en la parte superior debido a un tejido seis por uno. Una vista más de cerca donde vemos en la parte superior anillos redondos de mayor calibre y tejidos seis en uno.
Aquí vemos un fragmento de la A-9, expuesta en la colección Wallace, donde vemos un tejido muy denso con un overlap bastante extendido de forma que el tejido es poco flexible. También es un collar.
Guantes:  
Lo habitual sobre el siglo XI y XII eran manoplas con malla que se sujetaban a la cota de manga larga, de forma que a través de una zona abierta en la piel de la manopla, el guerrero pudiera sacar la mano y dejarla libre.
A partir del siglo XII ya aparecen algunas representaciones con los dedos individualizados aunque no era aún la norma.
Por supuesto, la malla sólo estaba situada en el dorso de la mano pues de lo contrario el metal impediría sujetar el arma.
Hay algún caso curioso de guantes con malla en el que sí hay malla en la palma de la mano, aunque sólo en la mano izquierda. Se trata de unos guantes de duelo del siglo XVI en el que al poner argollas en la palma de la mano izquierda, el duelista puede sujetar la espada del contrincante sin cortarse.

Brafoneras:  
Existían dos posibilidades:  

- Pernera completa hasta el pie, sujeto a la cintura por medio de correajes.

- Otra posibilidad era usar una tira de malla que cubriera la zona anterior de la pierna y que se sujetaba por detrás mediante correas de cuero. Probablemente este era el método más usado.

Alpartaz:  
Es una especie de cortina de malla que, suspendida del casco, protege el cuello.
Al principio se remachaban al casco pero con el tiempo se sujetaba a la parte inferior mediante unos pasadores y una tira de cuero. De esta forma se podía quitar del casco sin problemas.
El alpartaz tenía otras posibilidades curiosas, como la de proteger la cara mediante un colgante de malla o de placa que se sujetaba en la parte frontal del casco. El primero que podemos ver es sólo de argollas y el segundo con placa.
Como se puede comprender, con estos tipos de malla no se acaban las posibilidades pero sí son las más conocidas. Existían las faldas que se colocaban bajo la armadura de placas, las mangas que se llamaban musequí, malla para los caballos de guerra…
Un uso muy curioso y elaborado de las mallas fueron las loricas plumatas romanas.
Consiste en una lorica hamata con anillos muy pequeños y usualmente de bronce o latón, que sujetan pequeñas placas que están dobladas en su parte superior en ángulo de noventa grados y en esa parte horizontal presenta varios orificios por donde es sostenida la placa por la malla.
La lorica plumata de Ausburg esta hecha de pequeñas placas de bronce y también de hierro, con unas medidas de 10mmx 7 mm. No es un error, esas son sus medidas.
Los anillos eran alternos sólidos y remachados, con un diámetro interno de 4 mm.
Plumata de Ausburg.
Plumata de Ausburg.
Otra lorica plumata muy conocida es la de Newstead, que por supuesto también utiliza anillos sólidos y remachados alternos, presentando los remachados un diámetro interno de 3'5 mm y un diámetro externo de 4'5 mm, y un grosor de 0'6 mm. Los sólidos aún son más pequeños, 2'2 mm el diámetro interno y 3'3 el diámetro externo, con un espesor de o'3 mm.
Si nos parecen pequeños los anillos, que podemos pensar de las placas, que son de 13 mm x 7'5mm, con un espesor de 0'3 mm.
Se pensaba que tal vez era de parada más que de guerra debido a las mínimas dimensiones de las placas y de la malla, pero la unión de ambas y además el hecho de que las placas se solapan hace pensar que eran mucho mejor defensa de lo que se pensaba.
Se conservan creo que seis plumatas aunque como podemos ver en muy mal estado.
Lorica plumata de Newstead.
Tipos de anillos:  
Para los ojos no expertos, las mallas son anillos unidos unos a otros sin más, pero observando detalladamente la argolla podemos encontrar muchos detalles que con el tiempo nos ayudarán a catalogar y conocer el origen de estas armaduras. Así podemos encontrar:
- Calibre del alambre: Las variaciones podían ser grandes, desde 0'3 mm hasta 2'5 mm, dependiendo de la época y de la pieza que se fabricara, incluso es habitual encontrar en una misma cota distintos calibres de alambre, presentando un anillo más robusto en zonas de defensa importante como el pecho, y anillos de menor calibre en las mangas por ejemplo.
- Diámetro interno y externo del anillo: Podemos encontrar también grandes variaciones. En loricas plumatas y alguna hamata aparecen anillos con un diámetro interno de 2'2 mm y en el otro extremo podemos encontrar anillos hasta de 10-12 mm de diámetro interno.
Estos datos son muy importantes con respecto a la protección de la malla. Mientras mas pequeño sea el diámetro interno del anillo más protegerá al poseedor, siempre que el alambre sea de un grosor adecuado. En general, se puede decir que la medida de una malla de calidad andaba por unos 6-7 mm de diámetro interno, con un alambre de 1'2-1'3 mm de grosor.
- Longitud y anchura del overlap además de la dirección: cada loriguero tenía una medida habitual, de forma que el anillo que se fabricaba era casi exacto uno a otro, siempre con las lógicas diferencias de los objetos fabricados a mano.
Podemos encontrar overlap mínimos como el típìco romano y otros muy extendidos, de 6-7 mm de longitud. Del mismo modo, la anchura del overlap también varía mucho, siendo el mínimo imprescindible para poder hacer el orificio central de algo menos de 2 mm.
- Tipo de remache utilizado: redondo durante muchos siglos, en cuña, en grapa,…

- Anillo aplastado completamente o sólo parcialmente en el overlap. Así, la sección puede ser plana, redonda, ovoide,…

- Forma del anillo, oval o redonda. Se ha especulado mucho del porqué la forma oval del anillo. Tal vez es porque cuando es oval, la zona del overlap queda colgando en medio, sin rozar con los anillos superiores ni inferiores y se desgasta menos esta supuesta zona más débil.
- Características propias de las herramientas utilizadas. Cada tenaza deja unas marcas específicas que pueden ser detectadas en piezas distintas.
-Características del metal empleado, por ejemplo si ha sido templado, contenido de otros minerales,…
Un dato a tener en cuenta es su larga vida útil. Podría tener desperfectos pero se reparaban continuamente. Una joruca de buena calidad podía estar en uso cien años o más, con lo que "viajaría" mucho. Podría ser fabricada en Milán en el siglo XIII y estar en Turquía cien o ciento cincuenta años después.
A partir del siglo XIV empezaron a firmarse algunas mallas, seguramente como un signo de calidad de la malla, de forma que podemos saber quien y donde hizo esa armadura.
Era habitual además del nombre del maestro loriguero la ciudad de fabricación. También he visto alguna vez lo que se llama"anillo talismán", colocado en la axila, tal vez por considerarse un sitio débil en las cotas. Este anillo contenía la frase "Ave María".
Para poder comprender las características de cada tipo de argolla, vamos a esquematizar sus partes:
Éste es un esquema de un anillo ovalado con remache en cuña.
En general, el metal empleado era hierro sin carbono o con cantidades ínfimas. Ya sobre el siglo XIV aparecen piezas con carbono suficiente para ser templadas pero no es fácil pues si el anillo es muy duro a la vez es frágil y una cualidad importante de la argolla es su capacidad de deformación. Al recibir el impacto, los anillos se deforman y amortiguan el daño. Hace tiempo experimenté templando anillos y ante las flechas los anillos se fragmentaban aunque ante golpes de espadas eran imbatibles. Tiene lógica pues la espada golpea muchos anillos pero la flecha impacta en uno que al ser duro y poco deformable se rompe en fragmentos.
Vamos a detallar las características de los anillos según su época y localización.
En la época romana los anillos son de forma redonda, no oval, con un overlap generalmente corto, de unos 3 mm , usando siempre remache redondo, apareciendo por fuera claramente la punta del remache de forma redondeada mientras que por la zona interna sólo vemos un atisbo redondeado, incluso plano pero la forma del remache se ve redondo cuando puede apreciarse a la derecha.
El agujero en el overlap es redondo, hecho con un punzón muy pequeño de forma redondeada.
Tienen fama de ser anillos muy pequeños pero no era lo habitual, solían ser de 6-7 mm de diámetro interno. La gente asocia el tamaño de los anillos de la lorica plumata que sí eran extremadamente pequeños con los anillos de la hamata y extrapolan que todos los anillos romanos eran mínimos, aunque sí hay ejemplares de hamata con anillos de 3 y 4 mm de diámetro interno.
El alambre presenta siempre sección redonda o ligeramente aplanada pero cuando es así apenas es perceptible. Esto ocurre probablemente al aplastar el overlap que afecta un poco al resto del anillo.
Siempre alterna anillos remachados con anillos sólidos; estos sólidos suelen ser magníficos y de sección cuadrada, es decir, el ancho y el grosor son muy parecidos.
Lo más peculiar de las argollas romanas es la dirección del overlap: suele correr al contrario de lo habitual en otras épocas, en dirección horaria, es decir, la misma dirección de las agujas del reloj. Es un dato importante pues es una característica que sólo aparece en malla romana.
Se pensó hace años que podía ser debido a mallas fabricadas por un loriguero zurdo pero se ha visto tan habitual que es evidente que era la norma.
El motivo es muy sencillo. Cuando se hace el muelle de alambre antes de cortar los anillos, si se hace de derecha a izquierda, el overlap sale sobre la derecha, típico romano, mientras que si se hace el muelle de izquierda a derecha, el overlap sale sobre la izquierda que es lo habitual en todas las demás épocas.
Solían ser muy uniformes, lo que indica que probablemente se fabricaban en grandes cantidades en factorías especializadas.
Durante mucho tiempo se pensó que los anillos sólidos se soldaban pero se ha visto por estudios metalográficos que los fabricaban a partir de planchas de hierro donde con dos troqueles cortaban los anillos. El método es sencillo: Pasaban finas tiras de metal bajo dos orificios. En el primero se hacía el agujero central del anillo y en el segundo se cortaba el exterior del anillo.
Evidentemente no ha llegado ningún ejemplar en buenas condiciones, y lo que tenemos suele ser un amasijo de anillos, masas de metal imposible de desplegar. La mayoría de las veces el anillo está hueco e hinchado y se destruiría al intentar limpiarlo.
Siempre se tiene en mente al legionario romano vestido con una lorica segmentata cuando lo real es que siempre se usó la lorica hamata. Durante algún tiempo coincidieron ambas pero siempre estuvo presente la malla. También se discute cual era más eficaz como defensa. Mi opinión es que la hamata y la prueba es que no hay ninguna representación de un oficial usando la segmentata y si fuera mayor su eficacia no dudo que la usarían. Mi opinión es que la segmentata era mucho más fácil de fabricar y reparar y la economía manda en cualquier época.
En los siguientes siglos, las armaduras de placas desaparecen siendo la armadura de argollas la principal defensa.
El anillo sigue básicamente igual, de sección redonda y remache redondo pero con cierta frecuencia de mayor tamaño.
Siguen usándose anillos sólidos alternados con anillos remachados, y en el norte de Europa se utilizan con frecuencia una malla de anillos muy gruesos de hasta 2 mm e incluso superiores.
Durante siglos la norma era anillo de sección redondeada pero a partir del siglo XII empiezan a aparecer anillos aplanados, ya no eran siempre de alambre redondo, y también aparece el nuevo sistema de remache, el triangular o en cuña.
Un tipo de anillo no implicaba que el otro desapareciera sino que coexistían en distintas zonas. Por ejemplo, en Italia predominaba el anillo de sección redonda y en otras partes de Europa la argolla totalmente aplanada. En el Este siempre dominó el anillo redondo, en todas las épocas.
A mi parecer, el culmen de las armaduras de anillos aparece en Alemania en el siglo XIV, con una malla de calidad impresionante, presentando en la zona del overlap una peculiaridad, el llamado efecto "watershed", que consiste en una línea longitudinal que recorre el overlap, como formando un tejado a dos aguas.
No sé si es debido al desgaste de las herramientas o bien es un efecto buscado por el artesano, me inclino por lo segundo pues no aparece en otras épocas y si fuera por el desgaste de la tenaza este detalle lo encontraríamos en cualquier tiempo.

Probablemente para fabricar la tenaza para conformar el overlap y comprimir el remache, el loriguero hacía una concavidad en la tenaza, con una línea central que es la que aparece en el anillo.

A partir del siglo XIV cambia algo importante en la malla europea, lo habitual ahora es que todos los anillos sean remachados, ya no se utilizan los anillos sólidos casi nunca.

Siempre ha existido la controversia de si es histórica la malla sin remachar. Pues creo que sí lo es pero no lo habitual.

En general se utilizaba para las muy frecuentes reparaciones que se hacían en las mallas. Si no tenían un loriguero cerca, la malla podía repararse con facilidad mediante alambre sin remachar.
En la India fueron muy comunes este tipo de malla sin remachar pero únicamente como ornamentación, no como armadura.
Otros anillos peculiares que aparecen en la historia pueden ser los llamados "anillos theta" que presentan una barra central soldada.
O anillos con remache doble, como una grapa.
O anillos con escritura.
Conclusión:

Las armaduras de argollas han sido durante casi 2000 años una defensa muy utilizada, habiendo cambiado relativamente poco en su diseño.
Su estudio ha sido muy escaso y es de esperar que en los próximos años el interés por este tema aumente y sea posible catalogar y fechar los ejemplares que existen.
Con respecto a su eficacia, es un tema controvertido pero su uso extensivo durante tanto tiempo parece indicar que se consideraba una buena defensa cuando se complementaba con un perpunte o gambax de tejido grueso que amortiguara los golpes.
Hace un par de años hice una prueba con flechas y la malla resistía muy bien un arco de 50 libras a cinco metros de distancia. Ésta no es realmente una situación de batalla luego me hace suponer que a larga distancia la malla podría resistir incluso arcos de potencias muy superiores. Esta prueba podéis verla en la Sección de test de cotas.

En otras páginas de esta Web podéis también ver como se tejían los anillos y patrones diversos de armaduras.